Si hay algo que disfruto muchísimo es el arroz con leche, con su textura suave, deslizándose por mi lengua, circulando por toda mi boca, penetrando mi garganta.
El espesor que toma la leche, el sabor dulzón de la misma, me dan ganas de desplazarla por mi cuerpo, untarme en ellacomo si fuera el bálsamo calma mis inflamados deseos.
Y la canela.
La canela esparcida sobre su superficie, el olor...
El olor de la canela me inunda los sentidos, me transporta, cierro los ojos y simplemente percibo el aroma y en mi boca su textura que apenas raspa.
Se me hace agua.
Me hago agua.
Una vez más.
1 comentario:
noooooooooo, qué feooo!!!
con lo bien que veníamos con el cuba y el mojito, jajaj
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