II


Percibo tu mirada a través de sueños y me despierto húmeda, deseándote.

No estás.

La inmesidad de mi espacio me confirma tu ausencia.

Necesito calmar el fuego que despertó tu imagen.

Necesito mis manos en mi vulva que late, que succiona espasmos, que llora carencia de placer.

Derrito mis palmas en mi hoguera, froto mi latir desesperado y degusto mis dedos en toda mi boca que derrama el delirio de mi fantasía.

Elevo la pelvis buscándote, urgando en el vacío.

Me penetro, me toco hasta el profundo y anhelado orgasmo que inspiraste.


Sonrío.

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